1977 / Carta de Enrique a Agustín
Se respeta el lenguaje, se mejora la sintaxis
y se corrige la ortografía.
Querido chico Agus, estoy por irme a Cuautla. ¿Por qué no fuiste a visitarme al hospital? Eres un mal amigo, eres una persona vil. Tu amigo Enrique en una cama de hospital, y tú ni tus luces. Llevamos tres largos años de conocernos, y sabes que te quiero.
¿No siempre me has dicho que tu familia y tus amigos son la maravilla más grande de toda tu vida? ¿Entonces? ¿Qué? ¿Te doy asco o qué? Cabrón. Ya te veo escribiéndome una carta y con lágrimas en tus ojitos, y no por haber ido al baño a hacer del dos sino porque me dejaste solito en el hospital. ¿Qué, soy tu burla o qué? Y no tartamudee ni chille, que ya está grandecito para esas mariconadas.
¡Ah, pero que no fueran Oscarín o Tabis quienes anduvieran mal, porque entonces sí vas, canijo! Seguro no fuiste al hospital porque no quisiste dejar de hacer tus rondines en León de los Aldamas. ¿Son las o los Aldamas? Fíjate y me vienes a contar de rodillas. Eres un ingrato, chico Agus.
¿Y cuándo me mandas mi ejemplar de ÍNSULA? ¿Y por qué ya no se llama Ladrillo Grueso? ¿Y vas a dejar que Gerardo y yo ilustremos con caricaturas cada número de esas mamarrachadas que haces con Octavio desde los tiempos del MAC? ¡Pero si tú eras niño decente del CUM y el Juan Escutia! ¿Cómo se llamaba esa cosa de Octavio? ¡Cretinius! ¡Ay, qué tiempos, don Simón! Pero, mira, nosotros (tu hermano y yo) te prometemos, para tu nueva revista, no poner viejas encueradas. Sólo vamos a ponerte de portada una CENSURADO, que tanto te gusta.
¿Sabes quién está aquí, conmigo, ayudándome a escribir esta carta? Tu hermano, menso. Ay, chico Agus, hasta estamos llorando de la risa.
Si lees esta carta en voz alta frente a tus novios Octavio, Óscar y Arturo, diles que Gerardo y yo les mandamos un mensaje: que CENSURADO.
Con cariño, tu amigo (al que abandonaste en una cama de hospital).
Enrique
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Platica con Enrique